En el principio fue el nombre. En realidad, los nombres. Mi mamá me puso dos nombres de heroínas de telenovelas. ¿Se me puede reprochar el dramatismo con el que a veces reacciono? ¿No estoy programada para eso?
El personaje al que le debo mi primer nombre se fue de la historia a la mitad de la novela. No se quedó a esperar su final feliz. La pasión no le alcanzó para afrontar las diferencias que la razón le marcaba. ¿Qué clase de chica de telenovela era?
De la segunda, siempre me contaron que fue la primera heroína que le fue infiel a su marido (¡y en los ’70!). Una mujer arrebatada por la pasión, que muere asesinada como castigo a su culpa (niñas: no hagan esto en sus casas). Mamá siempre insistió para que no creyera demasiado en los sentimientos, pero siempre me pregunté en qué pensaría cuando eligió cómo llamar a su hija.
Así las cosas, dentro mío, como en mi nombre, se debaten dos fuerzas. Y aquí me ven, haciendo equilibrio.
Bienvenidos.
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4 comentarios:
Mi mamá tambien se inspiró en una telenovela para nombrarme, me puso el nombre de la villana.
Ja, ja! Igual las villanas de telenovelas suelen ser más interesantes que las protagonistas.
Sofy, gracias por dejar el primer comentario!.
Qué bueno que tengas nombres de heroínas de telenovela! A mí me encantan. Lo que pasa es que por lo que leí no te han elegido nombres de protagonistas de novelas rosas, entonces no tenés garantizado el final feliz. Pero hay que tener fe y lamentablemente la vida no es una telenovela rosa para nadie. Por eso por ahí tu mamá te puso esos nombres, algo que reflejara más la realidad.
Saludos.
Ana, me parece que la idea es apreciar las telenovelas, pero no vivirlas.
Si vamos con las reglas de las telenovelas, estamos perdidas.
Gracias por el comentario y ¿suerte con tu debut?
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